“Quedan ocho partidos con un gran nivel de exigencia. Esta plantilla es ambiciosa, el cuerpo técnico es ambicioso, la afición y el club son ambiciosos”, declaró en la previa Rubén Albés, tan rotundo como convencido.
Y es que el Albacete enfila la recta final como un camino ilusionante en el que, pese a los baches, anda con la soltura propia de quien no tiene que perder y sí mucho, muchísimo, que ganar.
Porque este equipo no sabe avanzar de otra manera. Progresa como juega: valiente, decidido, sin miedo y con ganas de divertir y divertirse. Así es en la derrota, como las del pasado lunes, o en la victoria, cualquiera de las trece que ha cosechado hasta el momento. Emocionar para ambicionar.
Tras no jugar la pasada semana, el calendario le responde con dos jornadas en menos de seis días. La derrota del lunes no hizo más que henchir las entrañas de la plantilla, que quiere volver a ganar y lo quiere hacer con actuaciones como la de hace cinco días.
Y es que suma dos empates y dos derrotas en los últimos cuatro encuentros, exactamente la misma dinámica que el Real Racing Club. El conjunto cántabro, 18º con 38 puntos, buscará vencer en casa para mitigar la derrota en Burgos del pasado sábado (2-1)
No solo comparten dinámica, sino sendero. Los dos equipos tienen la etiqueta de recién ascendidos. Cada uno por su camino y a su manera, lograron regresar al fútbol profesional dejando huella.
Ambos equipos ya se vieron las caras este curso en el Carlos Belmonte, en un choque intenso y disputado que se llevó el Alba (2-1)
Sin Julio Alonso, Álvaro Rodriguez, Maestre ni Johannesson por diferentes lesiones pero con una cifra de aficionados que una vez más se ha de contar en centenas, el Albacete quiere caminar para reencontrar el norte.