En una de sus mejores actuaciones, el Alba se fue con la peor de las sensaciones. Derrota amarga, de las que se te quedan en la lengua y te impide disfrutar de otros manjares, como la temporada que está haciendo este equipo, que en días como hoy denota más si cabe que es un autentica delicia.
Porque si de normal el Alba tiene hambre, hoy arrancó comiéndose el campo a bocados, sin dejarse nada ni en el plato ni en las entrañas. Aupado por más de 13,000 almas que no entienden de lunes, porque su día de la semana es el que juega su equipo, ni de festividades, porque su fiesta es animar a los suyos.
Después de varias combinaciones de buen nivel, en el minuto 13 llegó el gol. Dubasin controló de forma impecable un gran pase de Fuster y con un elegante toque batió al meta amarillo. Trece minutos de felicidad para los más de trece mil apasionados albacetistas que, en el Lunes de pasión, vibraron y sufrieron con su Alba.
Trece minutos después, en el minuto 26, casi se dobla la ventaja. Una magnifica jugada coral acabó con Dubasin dentro del área ante el portero visitante. Su disparo fue repelido por el palo en lo que sería un triste presagio, porque los grandes palos vendrían en la segunda parte.
Hasta llegar al inicio de la remontada canaria, el Albacete siguió haciendo méritos parta abrir brecha, cómodo con balón, afilado sin él y atrevido siempre que veía la más mínima posibilidad de atacar los dominios de la Unión Deportiva.
Pero superada la hora de encuentro, Las Palmas movió el marcador a balón parado. Sidnei cabeceó a la salida de un córner y empató la noche. Mientras se intentaba recuperar, el equipo sufrió otro mazazo. Loiodice, con un disparo desde fuera del área, culminó la remontada en el minuto 73.
El Albacete no se amilanó y trató de empatar, con varias llegadas de peligro y mucha acción en las inmediaciones del área canaria. Pero no pudo ser y el Belmonte sufrió la primera remontada del curso.