El Alba Brilla en Belmonte: Un Relato de Fútbol Apasionante
A riesgo de no contar con el detalle que merece un partido colosal, nos vemos obligados a obviar algunas acciones y ocasiones del Alba. No por nada en especial, sino por no convertir esta crónica en la historia interminable. Y porque quien haya visto el partido del equipo, ha sentido cada acción y la recuerda perfectamente. Quien no lo haya visto, lo sentimos por él y ella, porque fue una tarde para recordar.
David Bowie, uno de los artistas más grandes de todos los tiempos, usaba una curiosa técnica para componer sus canciones, varias de ellas himnos atemporales. Se conoce como decoupage, y se basa en cortar trozos de la obra, moverla de sitio o párrafo y rehacerla para ver cómo queda en la nueva disposición y cómo se conjuga con el resto.
El Alba cogió lo mejor de las segundas partes de Eibar y Cartagena, las cortó en cachitos y las esparció por el Belmonte. Desde el inicio hasta el final. La energía de los minutos en Ipurua, la fuerza de los instantes finales en Cartagonova, la emoción que impregnó la hinchada en tierras albinegras en todo el Belmonte.
Escriche, Higinio, Medina, Fuster… con alguno de los protagonistas repitiendo aparición. Las llegadas se tenían que contar con más de una mano, el peligro llegaba con pie, cabeza y el alma, pero el gol no entraba ni en la puerta ni en el cuerpo de una afición que tenía los pulmones listos para gritar.
El único momento en el que el Alba no dominó ni llegó fue el descanso, porque la segunda mitad arrancó con una nueva llegada. Cada ocasión era más clara y su resolución más enervante, porque cuanto más mereces algo, más rabia te da no conseguirlo.
El tiempo pasaba, aunque solo se sabía que era así por el avance de las manillas del reloj, porque en el césped siempre ocurría lo mismo, como si no pasase nada nuevo, ni el tiempo.
Y cuando la grada ya estaba exhausta de gritar ‘uy’ llegó el estallido. Quiles, en su lugar favorito, hizo una jugada magnífica con una resolución a la altura. Era el minuto 90. Porque así tenía que ser.