El defensor asturiano se mostró feliz y orgulloso de recalar en el Alba. “Es un salto que deseaba desde hace mucho. Refleja la recompensa al trabajo desde hace años. Estoy muy contento y orgulloso del camino que he cogido hasta llegar hasta aquí”.
Pero para llegar al Belmonte tuvo que pasar días con mucha expectación. “Fue una situación extraña. Nunca había vivido un mercado con tanta incertidumbre. Pensaba que iba a acabar la temporada en el Arenteiro. A falta de una semana me comunican el interés del Alba. Tuve la suerte de que se dio todo bien y estoy muy contento”.
“Llamé a mis padres y se lo dije. A partir de ahí, conozco a Riki desde hace unos años. Tenemos amigos en común. Me abstraje de todo aquello que no estaba en mi mano. Llegar al futbol profesional, al Alba que es un club importante es una pasada”, se explayó sobre su llegada.
Ya como albacetista, Javi no ocultó su ambición. “Estoy con la misma ilusión que siempre. Me he subido a un tren que es muy difícil llegar y no me voy a bajar”.
Se definió a sí mismo y lo que puede aportar al equipo. “Me gusta mucho defender, las disputas cuerpo a cuerpo. Me gusta asumir riesgo en salida de balón. Soy un defensa de los de antes, de ganar duelos”.
Y ya se ha fijado en cómo se comporta su nuevo equipo a nivel defensivo. “Es lo primero en lo que me he fijado. Iba comentando con compañeros que estaban fuera por el sistema defensivo. Tuve la oportunidad de hablar con el míster, me explicó cómo ve el fútbol y creo que puedo casar con él”.
“Con mucho orgullo. No creo que a nadie se le regala nada aquí. Cuando acabé mi etapa juvenil en el Oviedo me fui a Tercera. Luego volví y pude debutar con el primer equipo. No tuve continuidad y me fui. En el Arenteiro tuve esa continuidad y ahora puedo disfrutar del fútbol profesional”, comentó, henchido, sobre su regreso al fútbol profesional.