Hoy salió cruz. Tras tres partidos ante los equipos de la zona alta en los que el Alba marcó, dominó y sumó, hoy se va de vació de Elda tras una tarde insípida sobre el verde en la que cayó por dos bocados que desequilibraron el marcador en favor local y que aguaron la fiesta de color que la afición del Albacete montó, de nuevo, en el fondo del Pepico Amat.
El día se fue nublando desde una mañana soleada hasta el gris sobre el cielo y el campo para un partido que no tuvo color blanco. Un choque sin mucho que decir porque ocurrió poco y nada bueno para los intereses albacetistas, que sufrió un golpe en el minuto 20, con un penalti en contra que Ortuño transformó en un mazazo. De ahí al descanso, el Albacete tentó el área rival, especialmente con un chut potentísimo de Agus Medina que despejó el meta eldense.
La segunda mitad arrancó con la idea de empatar pero la brecha se abrió aún más. En el minuto 52, Ortuño completó su doblete para doblar la ventaja local, que con el paso del tiempo se iba notando más y más cómodo.
El cuadro manchego luchó y compitió hasta el final, con varias llegadas de peligro que no se materializaron en nada y así se va el Albacete del Pepico Amat, sin nada. Pero con la convicción de que habrá que mejorar para crecer y tratar de recuperar la senda del triunfo en casa, el próximo domingo.