Las normas de la competición son claras: si ganas, tres puntos. Si empatas, uno. Y si pierdes, cero. Pero una cosa es el valor de algo y otra es cómo se pone en valor tal cosa. Porque hoy el Alba tiene un punto más en el casillero pero hoy el Alba sumo mucho más, sintió mucho más y ganó mucho más. Porque la conexión entre equipo y afición es un triunfo en sí mismo.
Y sumar en casa de un equipo que llevaba diez triunfos seguidos ganando como local vale mucho. El Alba salió al campo del líder como un día más. De pasión y valentía. Y mucha personalidad. Porque hay que tener kilos de eso no solo para sumar, sino para además hacerlo recuperándose de un marcador adverso.
El Alba empezó bien. Tuvo el primer tiro a puerta y la primera llegada reseñable. En el minuto 2, Morci la puso al área y Kofane cabeceó, aunque acabó en las manos del portero rival.
El partido seguía su curso hasta que cambio de forma abrupta. En el minuto 13, Nico se sacó un brillante disparo desde fuera del área que entró en las redes como un torbellino. El Martinez Valero, en una de sus mejores entradas de la temporada, estalló de euforia.
Y lo hizo por partida doble en el minuto 32. Josan dobló la ventaja y el cuadro ilicitano se encaminaba a su undécima victoria seguida en el Martínez Valero. Pero es que el Alba es harina de otro costal.
Porque en ese momento, dentro del libre albedrío que tiene cada individuo, el cuadro manchego eligió pelear. Y los más de 1500 aficionados que con orgullo decidieron seguir animando a su equipo, también.
Y como todo suma, el Albacete sumó. En el minuto 34, Fidel filtró un pase brillante que culminó Javi Rueda tras una cabalgada espectacular en la que quemó Rueda. 1-2 y lo mejor estaba por venir.
Porque si Javi quemó Rueda, Kofane inflamó el Martinez Valero. Gol espectacular. De los que no se olvidan. De los que se recuerdan en quedadas y se cuenta que “yo estuve allí”
El ‘35’ controló en el área, hizo un sombrero y sin dejarla caer, empaló un chut tremebundo. Empate y felicidad en la grada visitante.
En la segunda mitad ambos equipos fueron a por el triunfo. El Elche apretó, el Alba aguantó y la grada empujó con fuerza. El cuadro de Alberto bien pudo marcar con varios acercamientos de peligro. Martón, Morci, Kofane o Villar probaron suerte pero el marcador no se movió, previo algún lanzamiento al larguero del equipo franjiverde.
Empate y baño de albacetismo con 48 litros de agua por metro cuadrado











































